En
el marco del “II Seminario Internacional
e Interdisciplinario sobre el deporte como herramienta de resocialización de
personas condenadas e instrumento de integración social”, realizado hace
unas semanas en la ciudad de Mar del Plata,
se desarrolló un análisis sobre “el Rugby como herramienta de prevención del
delito y de la resocialización de personas sometidas a pena privativa de la
libertad”.
La
Red de Deporte para el Cambio Social desea compartir las siguientes
conclusiones extraídas del documento madre creado en este encuentro:
- El
deporte es un medio de educación que sirve a la integración social y para
prevenir comportamientos desajustados. Resulta eficaz para el cumplimiento del
fin resocializador de la pena debido a que es: Formador de virtudes humanas - Medio de salud
psicofísica - Viabiliza y aumenta la comunicación - Estimula la iniciativa
personal - Es canal hacia la serenidad personal - Educa en la aceptación de una
serie de reglas - Genera
estímulo y motivación.
- En
el contexto carcelario, es primordial el rol que ocupa el monitor deportivo
(entrenador-coordinador) porque es un educador, quien tiene que trabajar la
dimensión moral de los internos para que se reintegren al medio social y se
comprometan con ella. Deben estar formados no sólo en la técnica deportiva sino
especialmente en la transmisión de valores y virtudes humanas.
- El deporte facilita el control de
la impulsividad, desarrollando la capacidad y el manejo de la tolerancia. El
aprendizaje que se obtiene ante el esfuerzo y el cumplimiento de los pequeños
objetivos facilita la formación de la autoestima y el sentimiento de sí por la
obtención de los resultados buscados.
-
Dentro de los penales en los que se ha implementado un programa de rugby como
herramienta de tratamiento se han verificado los siguientes resultados:
- Disminución y/o eliminación de violencia y del consumo de sustancias psicoactivas.
- Mejora de la conducta en internos que antes eran conflictivos.
- Cambios en la convivencia entre internos: mejora del sueño, alimentación y salud.
- Cambios culturales, en especial, en lo relativo al manejo del lenguaje.
- Nuevas expectativas de vida carcelaria: mayor exigencia y deseos de superación personal, búsqueda de nuevos aprendizajes educacionales y profesionales.
- Vivencia del espíritu de equipo, solidaridad y fraternidad.
- Para
concretar una resocialización definitiva, el programa de tratamiento a través
del deporte en general y del rugby en particular, no puede agotarse con la
labor cumplida mientras el interno está alojado en un establecimiento
penitenciario, sino que debe continuarse con el monitoreo de la vida de aquel,
una vez que ha recuperado la libertad
-
Debe seguir fomentándose el deporte en las prisiones, dotando a las mismas de
las instalaciones y el personal deportivo suficiente, con la formación y
capacitación adecuadas.
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